sábado, 17 de marzo de 2012

PALABRAS AL OIDO


Dicen que los poetas muestran lo que sienten, que son sensibles con lo que hablan o escriben. Que su pluma es fina y equilibrada, que cuando se trata de amores son buenos y que te endulzan con sus palabras.
Pero en mi caso quien se encargó de decirme tantas cosas al oído no fue un poeta, no tenía pasta de serlo, como tampoco era escritor  o pertenecía a algún movimiento cultural, simplemente era una persona normal, y al que sin querer le hice tanto daño.
No suelo contar una historia por partes, pero Alfonso merecía y merece unos cuantos capítulos más en este blog.
A veces sin querer haces daño a esa persona cuyo único error fue amarte, pero mi error, el cual nunca pude olvidar fue ser el mejor amigo de la persona –Fabricio– con quien estuve a punto de casarme.
Bastó acostarme una sola noche con él –por venganza– para alejar a mi ex de mi vida, pero las secuelas de esa noche nunca las olvidaría. 
Llegué a su departamento sin que me esperara, menos imaginó que llegaría dispuesta a comérmelo vivo en las siguientes horas.
-  Solo hazme tuya. No digas te amo, no te arrepientas de nada, sólo disfrútame, como yo lo haré – le dije mientras me desabotonaba la blusa y dejaba al descubierto mi brasier rojo el mismo que me quitó para contemplar mis pechos desnudos y los nervios habían puestos mis pezones en guardia.
Fue una noche que nunca olvidaremos. Alfonso cumplió al pie de las letra lo que le pedí, y sólo me susurraba al oído frases de poemas leídos a alguna poeta de facebook:

si hay una llama que pueda quemar mi piel y arder mi alma,
ese fuego perpetuo,
en el que con gusto me arrojo y me quemo, eres tú.
Mataría por arder de nuevo....en ti.

Algún día mis letras
y mis manos,
puestas una encima de otra,
habitarán tu piel
y viajarán por tu esencia
como un corcel engalanado de versos...

Y esta noche cuando llegues,
te lo diré muy bajito, a susurros,
que no se entere tu nuca, ni esta luna de febrero,
de los secretos que las comisuras de mis labios,
tienen con tus pupilas.....

Esa noche no hubo lugar donde nos entregáramos el uno al otro. Mi piel fue tan suya como su cuerpo fue tan mío. Tantas veces lo había visto con ropa, y esa noche pude sentir sus pectorales, la fuerza de sus brazos alrededor de mi cuerpo, sus piernas enrolladas a las mías y su lengua endiablada recorriendo todo mi cuerpo que me sentí amada y deseada.
Y nuestro encuentro fue como la cenicienta, al amanecer el encanto terminaría. Antes que despertara yo ya estaba de regreso en mi departamento para despachar de una vez a Fabricio y así acabar toda posibilidad de regreso cuando le dije que había pasado la noche con su ex mejor amigo, porque no creo que después de saber eso lo considere su amigo.
No hubo otro encuentro aunque no lo niego Alfonso si acertó a cabalidad esa frase: “Un clavo saca otro clavo”. Fabricio desapareció de mi vida para siempre, pero quien no se fue de mi vida fue Alfonso y no porque estuvo insistente. Todo lo contrario cumplió su promesa de no llamarme, pero era imposible que dejáramos de vernos, vivíamos cerca y nos topábamos en las tiendas, en algún cumpleaños o bar.  Nos saludamos como amigos. 
- ¿Mija y que pasó con ese cuerazo acaso no salías con él? – me preguntó una de mis amigas.
-  Ya sabes, no es buena idea salir con el mejor amigo de tu ex – sonreí.
-  Pues yo que tú me lo cogía. Total Fabricio se portó como un perro contigo y quizás le hubieras devuelto la cachetada que dio al cancelar la boda.
-  Fue por eso que me alejé, me lo cogí, y fue tan bueno en la cama que no quise repetirlo por temor a regarla otra vez – le respondí ocasionando que se le cayera el trago que llevaba en la mano.
Pero a veces el destino es como la mujer, por más que intentas entenderlo o crees conocerlo es cuando resulta jodiendo otra vez.
-  No nos hagamos los idiotas. Sé que te gusto como tú a mí – escuché su voz cuando salía del bar para subir a mi coche -. Ha pasado cuatro meses desde que Fabricio se marchó. No tenemos que actuar como si no hubiera pasado nada entre nosotros. Estaría dispuesto a aceptar todas tus condiciones si es que me dejas sentir otra vez tus labios.
-  Fuiste mi venganza. No confundas las cosas – respondí sin voltear a ver su rostro.
- No las confundo, sólo digo que no perdamos una oportunidad que creo nos la merecemos.
-  ¿A pesar de lo que diga la gente? 
- Estoy dispuesto a correr todo por ti. Ninguno de los dos imaginó que un día nuestras vidas se unirían, y no puedo dejar pasar el tiempo sin decir lo que siento por ti, y si me equivoqué y tú no sientes nada por mí dímelo y desapareceré de tu vida.
- Me gustas – le dije volteando a verlo. Alfonso intentó acercarse -. Pero no te conviene estar conmigo, quien sabe te lastimo sin querer. Las heridas de tu ex amigo no cicatrizarán tan rápido.
-  Me basta con estar a tu lado y dejar que las cosas sucedan.
Pero ustedes saben como somos a veces las mujeres –de mamonas– cada vez que veía a Alfonso era como ver a Fabricio y a pesar que disfrutaba a mares estar con el primero, la rabia que sentía por haber quedado en ridículo por la boda cancelada terminó por alejarme de Alfonso, hasta que una mañana encontré una carta en la puerta de mi departamento.
“No sabes cuánto te amo Mina, pero a la vez siento ese rencor tuyo por los hombres. No eres la mujer a quien disfruté una noche, no eres la mujer a quien veía sonreír en las pláticas diarias. Te volviste callada y mal humorada, y antes que todo esto reviente te dejo. Me salió un nuevo trabajo en California. Espero encuentres a esa persona que te haga olvidar todo lo que sufriste y quizás luego podamos hablar”.
Cuando leí su carta se me vino todo encima. Lo quería a mi lado y no lejos, quería escuchar al oído sus poemas copiados, pero sobre todo quería que no me dejara sola. Y fue cuando entendí lo egoísta que estaba siendo, lo quería aquí para joderle la vida y quizás tenía razón, era mejor que se fuera y así mis heridas cicatrizarían solas.

P.D. Luego descubrí que los poemas que Alfonso me susurraba al oído eran de Lucía Domínguez, una poeta española. La agregué en mi cuenta de Facebook. Ahora somos muy buenas amigas.

3 comentarios:

  1. Perder por venganza, por rencor, se me hace familiar. Una manera dura pero certera de crecer y aprender. la fortuna radica en que nada, absolutamente nada es para siempre, ni lo bueno, ni lo malo, ni el amor, ni la soledad, incluyendo la distancia y el encuentro.

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  2. Ahhhhhh q buena historia no me la esperaba así, con todo respeto pero la vdd q Mina es tan tonta, ashhh mejor guardo silencio, cierto es q a veces somos tan tontos los seres humanos, y dejamos ir lo q realmente vale la pena en nuestra vida, y las oportunidades son como los amaneceres nunca se repiten, pero es parte del vivir, cometer errores, lamentablemente veo q Mina sigue sin aprender, me hubiera gustado ser su amiga y haberle podido aconsejar aunq creo q no me hubiera escuchado, nadie experimenta en cabeza ajena verdad???
    Gracias por tan humana historia ....

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